9 de julio de 1966
aniversario del fallecimiento de María de Jesús Crucificado Petkovic
La Madre María, les transmitió a sus hermanas de
congregación la devoción que sentía desde niña por Jesucristo. En una carta,
escrita en el año 1953, las invita a “seguir a Cristo, escuchar a Cristo,
humillarse en Cristo, sufrir silenciosamente en Crispo, arder en Cristo,
perdonar en Cristo, amar en Cristo, sacrificarse en Cristo…”
Fue una mujer fuerte en las adversidades y tierna en sus
afectos, y en el transcurrir de su vida, vemos de qué manera antepuso su amor a
Cristo para realizar las obras que mediaron sus casas por todo el mundo.
“Entrega”
De Sofía de Lourdes Fernández
Pensando en la niñez sufrida,
Desvalida y con dolor,
Viviendo en un mundo de odio
Y rencor, Tu amor creció para
Cambiar ese dolor.
Le diste un alivio al sufrimiento
Tu amor, Su amor.
El amor de Dios
En tu corazón.
Pensando en la niñez del futuro,
Abrigando sus sueños
De grandes hombres,
Abriste los caminos de ilusión,
Para alcanzar la salvación.
Le diste alas al amor,
Sin compasión,
Con caridad, Su caridad
En tu creación.
¿Sabremos imitarte en ilusión?
¿Buscaremos tus huellas
En el diario andar,
Y así lograr
En otros, la felicidad?
Le diste un alivio al sufrimiento
Tu amor, Su amor.
La entrega de Dios
En tu corazón.
El Papa Juan
Pablo II en su homilía por la Beatificación de María de Jesús Crucificado
Petkovic recordando un versículo del
evangelio dijo:
“"Maestro
bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?" (Mc 10,
17). Es la pregunta que también sor María de Jesús Crucificado hizo a su Señor…
La respuesta
resonó nítidamente en su corazón: “¡Ven y sígueme!". Así, conquistada por
el amor de Dios, eligió consagrarse para siempre a Él, realizando la aspiración
de entregarse totalmente al bien espiritual y material de las personas más
necesitadas…”
Señor Dios,
deja que el amor que inundó la vida de la Madre María, crezca como flor nueva,
se aferre a nuestro corazón como raíces fuertes, y se mantenga en el invierno
de las pruebas y en el verano de la aceptación.
Los alumnos de Sexto año plantaron nuevos
retoños de ornamentación en el monumento a la Beata María Petkovic, recordando
que nuestro sol es Dios, fuente de calor de Fe, nuestra agua refrescante, la
entrega de Cristo y la sabia de la Esperanza, nuestros santos y entre ellos
nuestra Querida María de Jesús Crucificado.
En otro
pasaje de la homilía Juan Pablo II pidió
“No os
canséis de responder fielmente al único Amor de vuestra existencia. En efecto,
la vida consagrada no es sólo compromiso generoso de un ser humano; es, ante
todo, respuesta a un don que viene de lo alto y que se debe acoger con plena
disponibilidad. Que la experiencia diaria del amor gratuito de Dios a vosotras
os impulse a entregar sin reservas vuestra vida al servicio de la Iglesia y de
los hermanos, poniéndolo todo, presente y futuro, en sus manos.”
Elevando
nuestra plegaria a Dios, le pedimos ser generosos en el lugar que Él elija para
cada uno de nosotros , que vivamos una vida plena como la de nuestra Madre
María, poniendo en nuestros objetivos la felicidad de quienes nos rodean. Que
podamos cumplir sus deseo al pedir: “Sean grandes en el Amor”.
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